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A pesar de que la demanda mundial de aceite de oliva y de aceitunas de mesa está aumentando, muchos pequeños agricultores no son capaces de aprovechar las oportunidades de mercado y, por tanto, mejorar sus ingresos y consecuentemente su nivel de vida. Obligados a depender de los métodos de cultivo tradicionales, sus rendimientos son a menudo bajos y altamente inestables. Con esta premisa el COI en 2009 lanzó el proyecto Irrigaolivo en Marruecos y Siria. La elección de estos países ha sido decisión del Consejo de los Miembros.
Considerado un proyecto piloto donde los resultados obtenidos se podrán extender a otros países del Mediterráneo, lo que multiplicará los impactos, este proyecto ha sido creado en seno a la Secretaría Ejecutiva del COI y financiado por el Fondo Común para los productos básicos. Tenía como objetivo aumentar y estabilizar los rendimientos de los pequeños productores a través la implementación de un sistema de riego sostenible y la promoción de unas prácticas racional de gestión del agua, optimizando de este modo el volumen de agua y el calendario de distribución. Para esto se han establecido cuatro parcelas de demostración, dos en cada país participante. Estas parcelas, identificadas en condiciones pedoclimáticas distintas, han servido para demostrar el potencial de los sistemas avanzados de riego (por goteo) y como su uso racional consigue aumentar la producción y su regularidad por encima de los niveles actuales.
La experimentación se ha centrado no solo en demostrar como el riego por goteo sea mejor que el tradicional, sino también se han probado diferentes volúmenes de distribución de agua llegando a la conclusión que con un riego deficitario, es decir utilizando el 70% de la exigencia hídrica de la planta, se puede obtener una mayor producción, una mejor calidad de aceite y un ahorro importante de este precioso recurso.
Naturalmente uno de los pilares más importantes del proyecto ha sido la difusión de los resultados. Por esto, han tenido lugar varias jornadas de demostración dirigidas a agricultores e investigadores que han servido para sensibilizar no solo a los productores sino también al personal de extensión. También, un breve video ha sido producido y difundido en varios medios. Este video resume los logros más importantes en este proyecto.
La implementación exitosa depende también del muestreo de campo y la eficacia de los análisis de los datos. Por esto, a lo largo del proyecto, los investigadores han llevado a cabo mediciones y observaciones de los indicadores de rendimiento - datos de la cosecha y calidad del aceite - demostrando los beneficios de la aplicación de un sistema de riego racionales y sus efectos positivos en la productividad, calidad y ahorro.
Hay que tener en cuenta que si bien en algunos países la olivicultura es considerada cada vez más como una actividad económica, en otros países donde el olivar desempeña una irremplazable función social, la mejora de las condiciones de vida de estas poblaciones sólo se espera a través de un incremento de la productividad de las plantaciones existentes o de la ampliación del área cultivada.
En la mayoría de los países productores del sur de la Cuenca del Mediterráneo y del este, existen importantes núcleos de población rural que viven prácticamente solo y gracias a la olivicultura, y cualquier eventualidad o modificación que se produzca en esta actividad alcanza una fuerte repercusión social y económica en el status vivendi de los agricultores y, consecuentemente, de la población.
Puede leer el artículo completo en el nuevo número de OLEO REvista.