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Borrascas, vendavales, fuertes lluvias, heladas de primavera y sequías de verano. Los olivos del área mediterránea se enfrentan a condiciones climáticas cada vez más extremas. Esta situación propicia inestabilidad en la producción y una mayor proliferación de enfermedades en el olivar. ¿Cómo pueden los agricultores rearmarse para hacer frente a esta situación? ¿Qué estrategias pueden emplear?
Vicenza Ferrara es agricultor en la hacienda agrícola "Dora", un olivar extensivo a pequeña escala en la zona rural interior de Sicilia. El área cultivada es de aproximadamente seis hectáreas, distribuidas en un paisaje montañoso con pendientes pronunciadas. En el pasado, Vicenza nunca tuvo que lidiar con el manejo de plagas: "El área donde se plantan nuestros olivos tiene un microclima muy seco y templado con inviernos fríos y nevados y veranos calurosos y secos. Esto generalmente protege a los árboles de los ataques de las plagas". Sin embargo, la ruptura de la previsibilidad del clima ha hecho que tenga que estar prevenido ante nuevas amenazas: "en 2018 tuvimos un verano húmedo que causó la propagación masiva de la mosca del olivo. Este suceso nos obligó a planificar una estrategia de manejo de plagas en los años venideros".
Vicenza acudió al programa Life en busca de estrategias, y de ahí obtuvo una serie de soluciones ecológicas que se han erguido principales baluartes frente a las plagas. "En el otoño de 2018, comenzamos a plantar una mezcla de semillas de plantas fijadoras de nitrógeno como cultivo de cobertura entre los olivos. Hicimos esto para mejorar las condiciones del suelo y aumentar la diversidad de especies de plantas silvestres y la presencia de polinizadores y depredadores naturales de las plagas de olivos. Además, la poda sin labranza y la poda estratégica fueron parte de la estrategia". La poda estratégica consiste en evitar una alta concentración de ramas dentro de la copa de los árboles, para que la luz del sol pueda pasar y así disminuir la humedad en la copa del árbol.
Además de estas estrategias, Vicenza decidió establecer trampas para combatir las plagas. No necesitó grandes inversiones: eran trampas caseras, compuestas de agua, pescado podrido y cloruro de amonio. "Las establecimos a principios de junio de 2019, inmediatamente después de que los primeros frutos comenzaran a crecer. Colocamos las trampas estratégicamente considerando 3 factores principales: la cantidad de frutos que crecen en el árbol, la ubicación del árbol en relación con los árboles circundantes y la posición de las ramas del árbol. Al colocar las trampas, el objetivo era proteger el árbol mismo y al menos los árboles cercanos que lo rodean con la trampa. Cada trampa cubría seis árboles".
Las estrategias dieron sus frutos. En octubre de 2019, Vicenza revisó las trampas y en ellas encontró muchos especímenes de la mosca de la fruta, mientras que los frutos del olivo resplandecían fuertes y saludables. En los años venideros, Vicenza continuará empleando estas estrategias ecológicas para el manejo de plagas, dispuesto a hacer frente a cualquier vicisitud del clima.