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El 22 de mayo de cada año se celebra el Día Internacional de la Diversidad Biológica, que fue decretado por la Organización de Naciones Unidas en diciembre de 2000, durante la Asamblea General de las Naciones Unidas que adoptó el 22 de mayo como Día Internacional de la Diversidad Biológica, para conmemorar la aprobación del texto del Convenio, el 22 de mayo de 1992, en el Acta Final de la Conferencia de Nairobi para la aprobación del texto acordado del Convenio sobre la Diversidad Biológica. Su objetivo se centra en la concienciación de la importancia de la biodiversidad para los seres humanos y la necesidad de protegerla en un presente y para un futuro.
Entendemos por biodiversidad la amplia variedad de plantas, animales y microorganismos existentes, pero también incluye las diferencias genéticas dentro de cada especie. Los recursos biológicos son los pilares que sustentan las civilizaciones. Los peces proporcionan el 20% de las proteínas animales a unos 3 000 millones de personas. Más del 80% de la dieta humana está compuesta por las plantas. Aproximadamente, el 80% de las personas que viven en las zonas rurales de los países en desarrollo dependen de medicamentos tradicionales basados en plantas para la atención básica de la salud.
Si bien cada vez somos más conscientes de que la diversidad biológica es un bien mundial de gran valor para las generaciones presentes y futuras, el número de especies disminuye a un ritmo acelerado, debido a la actividad humana. Dada la importancia de la educación y la conciencia públicas sobre esta amenaza, las Naciones Unidas decidieron proclamar la celebración de este Día Internacional de la Diversidad Biológica cada año.
“Soy parte de la solución”
En este 2021, el tema del Día Internacional de la Diversidad Biológica es “Soy parte de la solución”. El eslogan se ha elegido como continuación y seguimiento de los esfuerzos de la campaña 2020 “Nuestras soluciones están en la naturaleza”, que sirvió como recordatorio de que la biodiversidad sigue siendo la respuesta a varios desafíos del desarrollo sostenible.
Desde soluciones basadas en la naturaleza al clima, pasando por problemas de salud, seguridad alimentaria y del agua y medios de vida sostenibles, la biodiversidad es la base sobre la cual podemos reconstruir mejor. Ese es el mensaje que el Convenio sobre la Diversidad (CDB), responsable de la celebración e instrumento internacional en defensa de la biodiversidad, pretende inculcar.
El olivar: cultivo estratégico para conservar la biodiversidad en Europa
Un claro ejemplo de esta apuesta por la biodiversidad se encuentra en el olivo, en el programa LIFE Olivares Vivos, coordinado por SEO/BirdLife, que ha demostrado que la apuesta por la recuperación de la biodiversidad con acciones concretas dan lugar a un modelo de olivicultura que funciona. Genera una recuperación de especies y un aumento muy significativo de la abundancia de flora y fauna en apenas tres años. Además, es rentable: no disminuye la productividad, supone un ahorro en fertilizantes y fitosanitarios y proporciona un valor añadido a sus producciones.
De hecho, Olivares Vivos se puede presentar como un referente para las políticas y estrategias europeas recogidas en el “Geen Deal” o Pacto Verde. Es un ejemplo de cómo “traer la naturaleza de vuelta a las tierras agrícolas”, uno de los principales objetivos de la Estrategia de Biodiversidad para 2030.
También integra a la perfección la filosofía de la estrategia “De la Granja a la Mesa” (conectando productores y consumidores) y sus resultados responden a los objetivos de la estrategia de adaptación al cambio climático (los olivares vivos secuestran el doble de carbono que los que mantienen suelos desnudos); a los de la Iniciativa de la UE sobre los polinizadores; a los objetivos de reducción de agroquímicos…y, sin duda, ha sido un excelente campo de pruebas para inspirar el logro de los objetivos ambientales de la nueva PAC.