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Aunque la República Checa no produce aceite de oliva debido a sus condiciones climáticas y de suelo, el país se ha convertido en un importador estable de este producto, con España, Italia, Grecia y Alemania como sus principales proveedores. A pesar de que el consumo de aceite de oliva es significativamente menor en comparación con los países mediterráneos, las tendencias de salud y los beneficios conocidos de este producto están impulsando su demanda.
Actualmente, los checos consumen alrededor de 5,115 toneladas de aceite de oliva al año, lo que representa solo un 0,9% del consumo en España, debido principalmente a las diferencias culturales y gastronómicas, según el reciente estudio de mercado realizado por la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Praga. La dieta checa todavía está muy influenciada por el uso de aceites sustitutivos como el de girasol, colza, mantequilla y margarina, que siguen siendo opciones más populares y económicas.
Un mercado en crecimiento, pero con desafíos
El mercado checo es altamente competitivo, con numerosas empresas compitiendo por pequeñas cuotas de mercado. Sin embargo, hay algunas marcas que destacan, como el Grupo Palma, que ha experimentado un crecimiento notable, aumentando su cuota de mercado del 3,9% en 2020 al 11,7% en 2022. Otras marcas relevantes incluyen Borges, Brölio y Monini.
Existen dos tipos de consumidores principales en la República Checa: aquellos que priorizan la calidad y están dispuestos a pagar más por un producto premium, y aquellos que buscan precios más bajos. A pesar de que los beneficios para la salud del aceite de oliva son bien conocidos, muchos consumidores no distinguen entre las diferentes categorías, como el aceite de oliva virgen extra y otros tipos más refinados.
Impacto de la sequía y la crisis logística
A lo largo de los años, las importaciones de aceite de oliva en la República Checa han sido estables, aunque se registraron aumentos significativos en 2014 y 2016. Recientemente, el mercado ha visto una disminución en las importaciones debido al incremento de precios provocado por la sequía y los problemas en la logística mundial.
Oportunidades para España en el mercado checo
A pesar de los desafíos, las perspectivas de crecimiento en el mercado checo son positivas. Se espera que la demanda de aceite de oliva continúe aumentando debido a los beneficios para la salud que se le atribuyen. No obstante, otros aceites más baratos seguirán siendo populares en la región.
España, como uno de los líderes en la producción y exportación de aceite de oliva, tiene una gran oportunidad para consolidar y expandir su presencia en este mercado. A continuación, algunas recomendaciones para fomentar el consumo de aceite de oliva español en la República Checa:
Proveedores emergentes
Aunque España, Italia y Grecia seguirán dominando las importaciones de aceite de oliva en la República Checa, existe la posibilidad de que nuevos proveedores más económicos, como Túnez y Marruecos, ganen terreno en los próximos años. Esto añade una capa de competitividad al mercado, lo que hace aún más importante para los exportadores españoles diferenciarse por calidad y sostenibilidad.
Con un enfoque claro en la educación del consumidor y el posicionamiento de productos premium, España puede no solo consolidar su liderazgo, sino también aprovechar las oportunidades para expandir su presencia en el mercado checo y en toda la región.