Revista
El modo en el que los alimentos se suministran a los compradores europeos y la manera en la que estos los consumen representan la mayor parte de su huella ecológica, alrededor del 30 %. El estudio, coordinado por científicos especializados en sostenibilidad de Global Footprint Network, en colaboración con expertos en sistemas alimentarios y con la participación de Anna Bach Faig, investigadora del grupo FoodLab y profesora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), señala la necesidad de diseñar e implementar políticas de obligado cumplimiento para cada etapa de la cadena de suministro alimentario, con el fin de avanzar hacia el Pacto Verde Europeo y la estrategia Farm to Fork (de la granja a la mesa).
Políticas holísticas
Desde el origen hasta el consumo, los sistemas alimentarios ejercen distintas presiones sobre los ecosistemas; por ejemplo, el uso y el cambio de uso del suelo, el agotamiento y la contaminación del agua, la pérdida de biodiversidad y las emisiones de gases de efecto invernadero. "Los europeos comen por encima de sus posibilidades en términos de importaciones, emisiones de dióxido de carbono y uso del suelo y del agua", explica Roberta Sonnino, del Centro para el Medio Ambiente y la Sostenibilidad y miembro del Instituto para la Sostenibilidad de la Universidad de Surrey. "La tendencia de intervenir en el suministro o la demanda no funciona. Necesitamos un enfoque sistémico para abordarlos conjuntamente, además de examinar las políticas comerciales. En lugar de adoptar un enfoque disperso, los gobiernos nacionales deben implementar políticas alimentarias holísticas basadas en evidencias, precisamente en el tipo de evidencias incluidas en esta investigación", afirma Sonnino.
La investigadora del Foodlab de la UOC, Anna Bach Faig, ha analizado para este estudio las tendencias de consumo y las posibles soluciones proponiendo acciones para un sistema alimentario más sostenible para los 27. "Los resultados refuerzan la importancia de obtener proteínas más allá de la carne y los productos lácteos, aumentando la absorción de patrones dietéticos ricos en plantas, así como la medida de las porciones", explica Bach Faig.
El trabajo ha sido publicado en la revista Nature Food, bajo el título "EU-27 Ecological Footprint was primarily driven by food consumption and exceeded regional biocapacity from 2004 to 2014".