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La dieta mediterránea está considerada como uno de los patrones dietéticos con mayor evidencia científica acumulada sobre beneficios para la salud. En los niños tiene efectos positivos en la prevención de la obesidad y las enfermedades cardiovasculares, así como en la prevención de la diabetes.
El objetivo de la Unidad de Investigación en Enfermería del Hospital Universitario de Móstoles, de Madrid; el Departamento de Enfermería, Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad Rey Juan Carlos de Madrid; Ciencias del Ejercicio y del Deporte, Facultad de Ciencias de la Salud, de la Universidad Francisco de Vitoria, de Madrid; y el Instituto de Investigación Sanitaria Gregorio Marañón (IiSGM), de la Universidad Autónoma de Madrid, han evaluado la eficacia a medio plazo de un programa de intervención, dirigido a la adherencia a la dieta mediterránea entre niños en edad preescolar.
Para ello, han utilizado como Método, en un ensayo paralelo aleatorizado de participantes de 3 a 5 años, la asistencia a un jardín escolar en el grupo experimental y en el grupo de control se impartieron los contenidos habituales sobre el cuerpo humano y la salud. La adherencia a la dieta mediterránea se evaluó mediante el cuestionario KIDMED, controlando por peso, talla, índice de masa corporal (IMC) y variables sociodemográficas.
Los resultados dieron lugar a encontrar una reducción en el IMC en el grupo experimental después de un año y al final del período de seguimiento. En la puntuación global obtenida en la encuesta KIDMED se encontró una tendencia estadística entre los dos grupos (p = 0,076). En el análisis multivariante, el consumo de legumbres más de una vez a la semana fue predictivo de una mejor calidad de la dieta, con un Odds Ratio (OR) en el grupo experimental de 1,382 (IC 95% 1,126-1,695; p = 0,009).
Las conclusiones apuntan a que el enfoque experimental mejoró la calidad de la dieta de los participantes, aumentando la adherencia a la dieta mediterránea debido al aumento del consumo de proteínas de origen vegetal.