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Xylella fastidiosa es una bacteria patogénica que causa enfermedades en distintos cultivos leñosos. Este patógeno ha puesto en alarma a toda Europa desde su detección en 2013 en olivares del sur de Italia, donde ha infectado más de 1 millón de olivos provocando el Síndrome de Decaimiento Rápido del Olivo (OQDS).
Detectada en olivo en Francia, Alemania y España, la enfermedad tiene el potencial de extenderse a otros países de clima similar y otras especies como el almendro. La UE considera que este organismo de cuarentena es uno de los más peligrosos, por la facilidad con que estas bacterias pueden expandirse en todo el mundo, lo que conllevaría una alta variedad de enfermedades y un gran impacto económico para la agricultura. Una vez que los ejemplares están infectados por el patógeno, la eliminación y la contención sería difícilde lograr.
Las medidas actuales abordan la erradicación de infectados y vegetación circundante, lo que genera grandes pérdidas económicas y ecológicas. La investigación preliminar muestra que los climas con inviernos templados son especialmente vulnerables a la proliferación de patógenos, por lo que el cambio climático solo exacerbará este efecto. Por este motivo, España, Italia y Grecia, los principales productores mundiales de aceitunas y aceite de oliva, corren actualmente el peligro de perder millones de euros debido a los efectos de esta bacteria.
En respuesta a esta situación que afecta directamente a importantes áreas agrícolas de la UE, Life Resilience, un proyecto cofinanciado por la Unión Europea a través del programa Life y del que forman parte: Galpagro, Agrodrone, Asaja, Agrifood Comunicación, Universidad de Córdoba, CNR IVALSA, Nutriprado, Salov y Charquerao, intentará buscar la forma de evitar el avance de este patógeno y, al mismo tiempo, contribuirá a establecer explotaciones agrícolas y forestales sostenibles que favorezcan el control de la enfermedad y la adaptación al cambio climático.
Life Resilience propone desarrollar genotipos de plantas productivas y tolerantes a este patógeno, así como aplicar buenas prácticas e innovar en métodos naturales de control de vectores que demuestren su eficacia a la hora de prevenir los efectos negativos de Xylella fastidiosa.
El artículo completo para su lectura está disponible en el número 174 de Oleo Revista.