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El pasado 11 de mayo se reunieron una veintena de personas en el taller sobre cubiertas vegetales de la asociación AlVelAl, impartido por Milagros Saavedra, Doctora Ingeniero Agrónomo, del centro IFAPA Alameda del Obispo, y Miguel Ángel Gómez, investigador de AlVelAl.
El taller ha tenido como foco el suelo del olivar y los almendros, comparando la gestión de las cubiertas vegetales en ambos cultivos. Durante toda la jornada se ha insistido en la importancia de aportar nutrientes al suelo a través de un adecuado manejo de las cubiertas vegetales. Si bien el uso de cubiertas vegetales implica asumir una cierta pérdida de agua, y sus efectos pueden no ser inmediatos, la práctica demuestra que a largo plazo sirve para evitar los problemas de erosión y degradación del suelo.
En el taller se mencionaron diferentes tipos de cubierta y su funcionalidad. La cubierta vegetal espontánea se compone de malas hierbas seleccionadas por el agricultor. Dicha práctica es recomendable en suelos donde la orografía del terreno hace complicada la siembra de especies y en zonas labradas históricamente, donde seguramente habrá una gran cantidad de especies que nos permitan tener una densa cubierta protectora. La cubierta vegetal sembrada suele componerse de gramíneas, leguminosas y crucíferas, de entre las cuales se recomienda el uso de crucíferas, por ser una alternativa más económica que las gramíneas y más eficiente que las leguminosas. Las cubiertas no vegetales se componentes de elementos vegetales carentes de vida, como poda, hojas, pajas o residuos de la industria agroalimentaria. Al descomponerse lentamente, brindan una protección prolongada y suficiente del suelo. Con el paso del tiempo se puede crear una capa de varios centímetros que incrementa la infiltración de agua. Por último, existen las cubiertas inertes: elementos que cubren el suelo pero no aportan nutrientes, como las piedras. Estas sirven para incrementar los contenidos de agua en el suelo, puesto que aumentan la infiltración. Su principal ventaja es que no se produce competencia por agua y nutrientes con el cultivo, como ocurre con las especies vegetales.
La segunda parte de la jornada presentada por el investigador de AlVelAl, Miguel Ángel Gómez, se ha centrado más en los cultivos de almendro del territorio AlVelAl, exponiéndose los resultados de las investigaciones que hay hasta la fecha, para empezar a asentar las bases de por dónde se tiene que seguir trabajando e investigando. Se han podido abordar preguntas claves como: ¿Qué le tengo que echar? ¿Cómo abono la finca?.
Debido al clima que tenemos en nuestro territorio, escasas precipitaciones y en ocasiones torrenciales (se han compartido datos de precipitaciones en las diferentes partes del territorio) es esencial conseguir infiltrar el agua en el suelo para no perderla y que ésta no cause daños, Miguel Ángel señala que “entre 1 y 2 milímetros de suelo de la capa fértil se pierden anualmente”, no solo por la erosión hídrica sino también por la eólica.
Por lo tanto el manejo del suelo es esencial en la agricultura, el investigador apunta que “la materia orgánica es muy importante y modifica la estructura del suelo y modifica el manejo del agua ” y describe distintos tipos de manejos para incrementar los niveles de materia orgánica, según la tipología de la finca en cuestión.
Es importante saber que antes de instalar una cubierta vegetal es necesario añadir nutrientes al suelo y que su éxito estará en cómo se maneje. Los asistentes han tenido la oportunidad de ver diferentes archivos gráficos para ver las diferencias entre un suelo al que se le añade nutrientes y a otro que no, además de obtener datos extraídos de diferentes fincas, con diversos manejos muy interesantes para completar la información visual.