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Al contrario de lo que se pueda pensar, no disponer de una normativa clara dónde se definan los bioestimulantes y su puesta en el mercado ha hecho que productos seguros para el medio ambiente, eficaces y altamente demandados no hayan tenido la posibilidad de comercializarse en la UE al no disponer de un nicho definido y no cumplir los requisitos ni de fitosanitarios ni de fertilizantes convencionales.España siempre ha ido por delante en materia legislativa, y desde la publicación del Real Decreto 506/1013 dispone de un grupo de productos fertilizantes con unos claros efectos bioestimulantes, el grupo 4 “Otros abonos y productos especiales” que además en 2017 se completó con la inclusión de los productos a base de microorganismos, que ha permitido que la industria nacional haya podido poner en el mercado español una importante parte de los productos desarrollados. Puede leer el artículo completo en el número 189 de Óleo.