Revista
Olearum surge con el propósito de agrupar a una serie de productores, almazareros, intelectuales, técnicos y amigos en general del mundo del aceite de oliva que han aunado sus esfuerzos para defender y divulgar la cultura del olivo y el patrimonio a él ligado. La idea surge del Dr Francisco Lorenzo, médico malagueño experto en nutrición que es, desde su fundación, su Presidente. OleoRevista, ha querido conversar con él sobre su experiencia y visión del sector de OleoTurismo, así como los elementos necesarios para poder poner en marchar deicha actividad en las almazaras.
¿Cuál ha sido la evolución del Oleoturismo en estos últimos años?
Sin lugar a dudas, ha sido una evolución importante. Por ejemplo, hasta hace muy poco tiempo, cuando se visitaban las almazaras, sus operarios hacían de todo, de recepcionistas, oficinistas, operarios de patio, molineros, envasadores y también eran los que atendían a algún turista despistado que aparecía por la almazara. En estos últimos años la situación está cambiando drásticamente. Entre otras cosas, cuando se diseña una almazara, ya se está pensando también cómo hacerla visitable.
Y bien, ¿en qué punto nos encontramos ahora?
El Oleoturismo es un producto turístico con un gran potencial de crecimiento que puede ayudar el desarrollo económico y territorial de algunas comarcas de interior y construir una oferta turística de calidad. En estos últimos años la situación ha cambiado bastante. Existe una mayor profesionalidad del sector, desde el campo a la almazara, pasando por la calidad, el marketing, la comercialización y como no, el oleoturismo. Eso si, muchos quieren apuntarse a este carro pero sinceramente, al final sólo quedarán los que estén formados, capacitados y preparados para recibir a turistas.
Crear un producto vinculado al aceite y turismo, ¿qué elementos considera necesarios para poder desarrollar actividades vinculadas al Oleoturismo? ¿Cuál es el punto de partida?
Sin lugar a dudas el punto de partida pasa por tener claro que desde el mismo momento en que decidimos abrir nuestras instalaciones a los turistas, estamos abriendo nuestra casa, con lo que ello supone a todos los efectos. Recordar que una almazara es una industria agroalimentaria y bajo este punto de vista, debe estar los 365 días del año en perfecto “estado de revista”. Pero no nos quedemos sólo en la almazara; museos o centros de interpretación del aceite, casas rurales, hoteles, oleotecas, restaurantes de temática oleícolas, etc; todos deben estar perfectamente preparados y capacitados para recibir oleoturistas..
Además de la amabilidad y el saber estar, son imprescindibles estos elementos: formación, instalaciones acondicionadas y profesionalidad. La persona que se encargue de acompañar a los oleoturistas en la almazara, en el olivar o dirigiendo una cata, desde estar formada, saber idiomas, dominar la ancestral cultura del aove y disponer de nociones de cata. No podemos dejar nada a la improvisación y las instalaciones deben estar perfectamente acondicionadas para recibir a los turistas, eliminando barreras arquitectónicas para discapacitados o disponiendo de servicios perfectamente adaptados, sala de cata, oleoteca o servicios. Hay que ser profesionales, creo necesario que las almazaras o recursos oleoturísticos que se lo puedan permitir, deben disponer de licenciados en turismo que conozcan perfectamente la cultura oleícola, de esta forma profesionalizamos el sector en este aspecto tan importante que es el turismo oleícola.
Puede leer la entrevista completa en el número 172 de Oleo Revista