Revista
Hay que remontarse al año 1858 para hablar del origen de lo que hoy son las marcas Hispasur y Knolive, año en el que el tatarabuelo de los actuales responsables de estas firmas cordobesas adquirió los primeros olivos. Desde entonces, la familia no ha dejado de trabajar el olivar, la aceituna y el aceite. “Durante bastante tiempo nuestros antepasados se dedicaron a labrar las tierras para que produjeran sus mejores frutos y a reunir, con paciencia y mucho trabajo, el capital necesario con el que construir una pequeña almazara en la que elaborar el aceite. De este modo, varias generaciones han seguido esta tradición manteniendo el respeto a la naturaleza y la fidelidad a los métodos tradicionales”, señala Alberto Yévenes, CEO de Hispasur.
En la actualidad, una nueva generación, los hermanos Alberto y Sara Yévenes, CEO y directora comercial, respectivamente, se han incorporado a la empresa familiar, recogiendo el testigo de su padre, “para dotarla de los avances tecnológicos necesarios y para que la calidad y el prestigio de nuestros aceites sean valorados en los lugares más lejanos”, aseguran.
A la renovación generacional en la dirección de la compañía se une la renovación de instalaciones, inauguradas el pasado mes de mayo, coincidiendo también con la presentación oficial de sus dos marcas de aceite, Hispasur y Knolive. “Se trata de un acto que sirvió para que nuestro padre -fundador de la empresa-, Francisco Yévenes Zamora, nos cediera de manera simbólica las riendas del negocio. Tanto mi hermana como yo hemos desarrollado nuestra carrera profesional en el extranjero durante varios años y hemos regresado para involucrarnos de una manera decidida y con mucha ilusión junto a nuestro padre y todo su equipo con la intención de dotar a la empresa de los últimos avances tecnológicos necesarios y para que la calidad y el prestigio de nuestros aceites sean reconocidos en todos los rincones del mundo”, explica Alberto.
Respecto a la remodelación, se trata de una nueva construcción en una localización más accesible junto a la carretera autonómica A-339. Las nuevas instalaciones, ubicadas a tan sólo dos minutos de Priego de Córdoba, cuentan, entre otras estancias, con un laboratorio autorizado, dependencias de administración, área de cata, donde se hacen catas dirigidas a grupos, tanto en inglés como en español o cualquier otro idioma; una zona de tienda donde pueden adquirirse los aceites de la firma; molino y dos bodegas independientes y climatizadas, con capacidad para 3.000.000 de kilos de aceite, disponiéndose en la misma de depósitos de acero inoxidable e inertizados con nitrógeno para evitar la oxidación por efecto del aire y de la luz. Una de estas bodegas sirve para dar suministro a la envasadora, que cuenta con una línea de envasado lineal, con capacidad para unas 2.500 botellas/hora, adaptada a todo tipo de formatos, entre ellos vidrio, lata, pet y botellas en miniatura.
Igualmente, la empresa ofrece un servicio de Oleoturismo, en el que se muestra el proceso de elaboración del aceite, desde que se recoge la aceituna hasta su envasado, visitando la finca familiar, para desplazarse posteriormente a las nuevas instalaciones de la empresa, donde tras una visita a las mismas se realiza una cata dirigida. Puede leer el reportaje completo en el número 162 de Oleo Revista.